Los coches autónomos y la ley de accidentes de tráfico

Los coches autoconducidos ya están aquí y se predice ampliamente que serán el transporte del futuro. Varias empresas han recibido permisos para probar sus vehículos autoconducidos en vías públicas, y los resultados hasta ahora han sido prometedores, aunque no exentos de incidentes. Un coche autoconducido de Uber se vio implicado en un accidente en Arizona este año, aunque el otro conductor fue citado por no ceder el paso. El conductor de un coche autoconducido de Tesla murió el año pasado en Florida al colisionar con un camión, y uno de los coches autoconducidos de Google chocó con un autobús el año pasado al intentar maniobrar para sortear un obstáculo.

¿Son más seguros los coches autoconducidos?

Si funcionan según lo previsto y lo prometido, los coches autónomos pueden hacer que nuestras carreteras sean mucho más seguras. Los coches autónomos podrían eliminar las distracciones al volante y la conducción bajo los efectos del alcohol, que son dos de las principales causas de accidentes de tráfico hoy en día. Un ordenador no sufre una disminución del tiempo de reacción cuando está ajustando la radio. El "conductor" puede ahora hablar o enviar mensajes de texto por teléfono, juguetear con la radio, navegar por las redes sociales, maquillarse o comer sin arriesgarse a sufrir un accidente mortal. A diferencia de las personas, los coches no beben alcohol ni toman drogas antes de conducir. Sólo la eliminación de los conductores ebrios puede salvar decenas de miles de vidas cada año.

¿Quién es responsable de los accidentes de tráfico provocados por coches autoconducidos?

Esto está por ver. En teoría, el conductor del coche no puede ser negligente y no se le podría responsabilizar de un accidente de coche autoconducido a menos que esté manejando manualmente el coche o tomando decisiones que provoquen un accidente. Algunos fabricantes han declarado que no aceptarán la responsabilidad de sus vehículos, y otros han declarado que aceptarán la responsabilidad de cualquier accidente causado por sus vehículos.

Un posible resultado es que el fabricante del coche autoconducido implicado en el accidente sea responsable, en virtud de la ley de responsabilidad por productos defectuosos, de los defectos de fabricación o diseño que provoquen accidentes automovilísticos. Con el tiempo, esto debería obligar a los fabricantes a mejorar sus diseños a medida que los accidentes de coches autoconducidos sean cada vez más infrecuentes. Otra posibilidad es que, una vez que la nación haya pasado a los vehículos autoconducidos, pasemos a un sistema de responsabilidad sin culpa en el que el seguro de cada conductor compense a su propio asegurado por cualquier pérdida derivada de un accidente de coche autoconducido.

Es imposible predecir lo que nos depara el futuro en materia de responsabilidad por accidentes de tráfico, pero la perspectiva de que los coches autoconducidos reduzcan drásticamente el número de lesiones y muertes en las carreteras de nuestro país es esperanzadora y emocionante.

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